Despidos en Rosario

Los trabajadores en general y en especial 26 compañeros despedidos de las radios AM LT8 y LT3, de Rosario, obtuvieron un triunfo inconcluso pero de suma importancia, cuando la Intersindical de Gremios de la Comunicación impuso la aceptación de la conciliación obligatoria que la patronal se negaba a admitir. La Intersindical está compuesta por el Sindicato de Prensa Rosario, la Sociedad Argentina de Locutores, el Sindicato Argentino de Trabajadores del Espectáculo Público, la Asociación Argentina de Trabajadores de la Comunicación y la Federación Gráfica Rosarina. La patronal, en este caso, además de las dos radios citadas posee en la provincia el diario La Capital, con el cual integran el Multimedios La Capital S.A, que tiene innumerables diarios y emisoras de Radio y TV en todo el país. De esta manera todos los empleados de los tres medios regresaron sus puestos de trabajo, entre ellos quienes habían recibido los telegramas de despido. Se abre una etapa difícil que se extenderá por 20días hábiles.

El conflicto llegó hasta esta instancia porque la empresa no acató la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de la Provincia de Santa Fe, y siguió, durante más de una semana, en una posición intransigente en cuanto a escuchar los reclamos de los trabajadores en demanda de la reincorporación de los despedidos. Ante la movilización de los trabajadores de prensa y el alto impacto que el conflicto alcanzó en todo el país, el 6 de abril el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, citó a uno de los titulares del Multimedios La Capital SA -a la vez dueño del Grupo Uno- Daniel Vila. La conciliación obligatoria supone retrotraer el conflicto hasta el momento anterior a su inicio, que en este caso significa volver a la situación del domingo 28 de marzo pasado. "Estamos conscientes de que el grave problema que enfrentamos no está superado", dice la Intersindical de Gremios de la Comunicación. Y, en efecto, como tantos otros conflictos explícitos o en sordina, por detrás de estos y decenas de miles de otros despidos está la gran cuestión en disputa: quién pagará los efectos de la crisis capitalista.