Desde Santiago del Estero, Pedro Herrera
Armados con la convicción de la conciencia, el 13 de marzo mujeres y niños luchaban para detener las topadoras que arrasaban árboles milenarios en la comunidad de San Nicolás, Departamento La Banda, a unos 10 Km. del poblado de Huyamampa. En ese enfrentamiento murió Sandra Juarez intentando defender su tierra.
La lucha desigual entre una maquina de alto tonelaje, manejada por la impunidad que le otorga el sistema judicial y político de la provincia, cobró la vida de la joven madre, Sandra Elizabeth Juárez, de 33 Años. Eli Juárez dejó 2 hijos de 13 y 6 años respectivamente, niños que fueron testigos presenciales de los hechos ocurridos aquel fatídico día en que perdieron a su madre que luchaba por la justicia y la defensa de la tierra. La compañía agrícola responsable del crimen es Namuncurá SA que desde el año 2008 viene amenazando a las familias del lugar, incluso pasando por encima de una medida judicial que, aunque injusta para los campesinos, impedía realizar cualquier movimiento en la comunidad. Igualmente, la contratista Caruso, dueña de las maquinarias, operaba con seguridad en el lote, ya que los tribunales, días antes, habían fallado en contra de la comunidad, ordenando el desalojo de más de 20 familias.
Los pasos del accionar criminal
El 18 de Febrero de 2010 y anticipándose al fallo del tribunal, Namuncurá S.A contrató las maquinarias para desarrollar trabajos de desmonte junto a un equipo de infantería de la fuerza policial para garantizar las labores. Desde aquel momento, las familias del lugar incluyendo a Eli Juárez se organizaron para resistir la agresión de una policía que los intimidaba con las mismas armas que el estado les suministra para desarrollar “servicios de seguridad a la población”. El sábado 6 de marzo 4 familias recibieron la notificación de desalojo dictada por el Juez Mario Medina del juzgado de la Banda, argumentando que tomaba como base la medida cautelar dictada por él mismo en el año 2008, que para las organizaciones campesinas que integran la Mesa Provincial de Tierra “no es otra cosa que una aplicación encubierta del derogado art. 182 bis, del código de procedimiento criminal y correccional”. Con órdenes judiciales en contra, los campesinos fueron acorralados por más de 30 efectivos policiales que arribaron en 3 móviles, ejercieron toda su fuerza contra ciudadanos desarmados que intentaban frenar el accionar de las topadoras. Las familias se replegaron y huyeron por distintos caminos para volver a organizarse debido a que la carpa que los cobijaba fue destruida por el paso de las maquinarias, en ese momento a cargo de Hugo Benson, empleado de la compañía Namuncurá S.A. Todo ello ocurrió los días 10, 11 y 12 mientras los campesinos realizaban diligencias ante tribunales, pensando que aún podían creer en una aplicación de justicia verdadera por parte de los organismos. En eso estaban, cuando una nueva arremetida de maquinarias apagó los ojos de la joven Sandra Elizabeth Juárez el día 13 de Marzo de 2010 caída en la tierra donde creció porque creyó que había que defenderla, incluso con la vida.
Periódico de jóvenes y trabajadores, antimperialista y anticapitalista
El Espejo Nro 194
Última edición del 2010
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jueves, 15 de abril de 2010
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