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martes, 23 de noviembre de 2010

Brasil: Rousseff se impuso en segunda vuelta con algunos matices

Continuidad: el categórico triunfo de Dilma Rousseff, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas, garantiza la unidad de las naciones suramericanas, uno de los pilares de la gestión de su antecesor Lula Da Silva, pero abre ciertos interrogantes, en el ala más crítica del Partido de los Trabajadores (PT), sobre las políticas que ejecutará internamente su gobierno.
La candidata y primera mujer presidenta del país vecino obtuvo el 56% de los votos válidos, es decir, unos doce millones más de sufragios que su adversario político, José Serra, el postulante del partido de la Social Democracia Brasileña (Psdb).

Rousseff estará acompañada en su gobierno por Michel Temer, un veterano dirigente del partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). Temer, de 70 años de edad, presidió en tres oportunidades la Cámara de Diputados en representación de la burguesía defensora a ultranza del capitalismo y –hasta hace apenas unos años- enemiga acérrima del PT.
Este dato en particular no es menor, ya que los antecedentes del veterano dirigente son uno de los tantos interrogantes que se abrieron en las filas del PT y en todo el continente sobre la futura gestión de la ex ministra de Minas y Energías. Muchos dirigentes sospechan un posible vuelco hacia la derecha o la profundización de un modelo conservador. Sin embargo Rouseeff, que no proviene de las entrañas del poder establecido y menos de la burguesía local, ya que se trata de la hija de un dirigente del Partido Comunista, una luchadora clandestina, encarcelada y torturada, promete mantener sus principios e ideales. Pareciera que Dilma como Lula no enfrentarán a los sectores de poder por una cuestión netamente estratégica, pero sí promete consolidar objetivos sociales que hasta hace ocho años parecían olvidados en la sociedad brasileña.
Promover la igualdad de género, erradicar la miseria, la libertad de prensa, de religión y de culto y actuar con firmeza contra la especulación desmedida fueron epítetos que la candidata del PT reiteró hasta el último día de campaña. Y que podrá ejecutar, si mantiene firmes las alianzas que tejió con otras fuerzas para llegar al sillón presidencial de Brasilia, aunque estos sectores también representen una amenaza para las aspiraciones del ala izquierda que también colocó a Dilma en el poder.
Rousseff tendrá el apoyo de ambas cámaras, incluso de los tres quintos que necesita para aprobar enmiendas constitucionales. En este sentido, la flamante presidenta estará institucionalmente mejor que Lula en sus primeros cuatro años de gobierno, aunque tanto más acotada desde el punto de vista programático del PT; debido al nuevo armado político para mantenerse en el poder.

Política exterior

Apenas se confirmó el triunfo de Rousseff, desde Venezuela, el presidente Hugo Chávez recibió a la futura compañera de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur): “Dilma, bienvenida a este club” dijo el bolivariano.
Está más que claro que el futuro gobierno apostará a la Unasur, aunque respecto a las políticas locales todo es una incógnita.
En Seúl, en el marco de la reunión del G20, admitió que puede devaluar el real. Fue al señalar de manera contundente que la moneda brasileña no puede seguir tan valorizada: “No es bueno para el país. Vamos a tener que mirar cuidadosamente y tomar todas las medidas posibles para reajustar el cambio en relación al dólar.” Esta situación plantea diferencias con el presidente saliente y obligará a los socios de Brasil en el Mercosur, especialmente a Argentina, a estar muy alertas a partir del 1º de enero de 2011.

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