Elecciones y construcción política

“La batalla está en curso”

Por Enrique García

Hay enormes condiciones para encarar una construcción política de masas. El resultado electoral, a contramano de una lectura impresionista, expresa un voto de rechazo al equipo gobernante, traduce confusión, volatilidad, pero no es indicativo de un saldo de la sociedad hacia la derecha. Por el contrario, esa batalla está en curso y hay genuinas reservas de otra búsqueda en la población. Los resultados manifiestan que hay condiciones objetivas para la construcción, ya que existe una fuerza social que añora y busca otro país, sólo que está disgregada y fragmentada. Es preciso encontrar el cauce hacia la unidad política, antimperialista y anticapitalista. El segundo lugar obtenido por la lista de Proyecto Sur, encabezada por Fernando Solanas en la ciudad de Buenos Aires, con definiciones claras respecto a la recuperación de los recursos saqueados, como petróleo y minería y una línea de desenmascaramiento del gobierno, es un signo más de una realidad latente en la masa popular. Si en algunas regiones clave, como la provincia de Buenos Aires, la votación negativa se dio a través de un personaje de plástico, tuvo que ver también con la ausencia de un catalizador positivo a nivel de toda la provincia, capaz de confrontar de manera abierta con la lógica del aparato peronista. Otro dato fue la abstención, afirmado en geografías de alta concentración proletaria como Zárate-Campana en la provincia de Buenos Aires y Villa Constitución en Santa Fe. Es importante observar que un sector de trabajadores optó por esa vía.

Podemos bien decir que el doble mensaje, la dualidad permanente, las falsas polarizaciones a las cuales han apelado los gobiernos de Néstor Kirchner primero y ahora Cristina Fernández llegaron a su techo. No es creíble ya hablar de “dos modelos” cuando el jefe del Partido Justicialista está rodeado por la burocracia sindical y por todo lo viejo y más siniestro del aparato pejotista. Profundamente conocidos por toda la población.
El país se encuentra en un cuadro de crisis política y difícil gobernabilidad. Está pendiente en Argentina la resolución del problema del poder a favor de la clase trabajadora y el pueblo. Así como con el estallido social de fines de 2001 se perdió la posibilidad de sintetizar la conformación de una herramienta política de masas, estamos hoy ante un nuevo desafío.


La gran tarea es lograr una construcción política a nivel nacional, donde los artífices sean los militantes provenientes del movimiento obrero, del movimiento estudiantil, de las organizaciones sociales, del movimiento de mujeres, los jóvenes; con pleno derecho a la participación y toma de decisiones desde las bases.
Las iniciativas existentes deben apuntar a transitar un camino que supere el propio desarrollo unilateral y pueda plasmarse en una genuina recomposición de fuerzas en todo el país. Esta dinámica facilitaría el ingreso de las grandes masas al accionar político. Aquellos que venimos participando del encuentro de Huerta Grande-Cordobazo hemos acordado trabajar en esta dirección.