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martes, 14 de julio de 2009

Un nuevo escenario


Retroceso de la derecha

Por Félix Herrero*


No es cierto que la derecha creció. Esos sectores comunican un ascenso irreal. La derecha sufrió un retroceso que se expresa en la caída de votos de los que por bronca no votaron o dejaron de apoyar al gobierno (derecha “menos reaccionaria” llama un escritor de Carta abierta). También cayeron los números del macrismo, y el marginal triunfo “peronista” del empresario De Narváez debió recurrir a millones de pesos e incluso a proponer “estatizar” y “nacionalizar” el petróleo, el gas y la electricidad. El potente resultado del Proyecto Sur y luego la fuerza de su inercia llevan a Pino Solanas a ser preferente receptor de apoyos en el país y en la capital.
Lo que parece digno de resaltar es el triunfo radical en Santa Cruz y el éxito kirchnerista en el municipio de Calafate, nuevo centro de la inversión ociosa.
Solanas, con su proyecto estatizador, logró instalar en la agenda política temas vitales para las mayorías nacionales, que ya fueran expresados contundentemente en el programa de Huerta Grande respecto a los recursos naturales esenciales. No obstante, las petroleras siguen manipulando la información de las reservas y de las rentas, con el objeto de convencernos que ganan poco y que le quedan pocos años de concesión para seguir explotando. Mientras obtienen ampliaciones de sus concesiones exigiendo que las mismas sean sin fin, hasta el agotamiento.
Más allá de declaraciones de integración y de apoyo a la revolución emancipadora que expresan el bolivarismo venezolano, el pueblo cubano apoyado en Martí, y los pueblos originarios de Bolivia y Ecuador, la derrota del gobierno también se explica por sus contradicciones en el orden interno e internacional. El resultado de esta elección intermedia (legislativa) es neutro respecto a la construcción de una herramienta de masas, imperialista y anticapitalista. La respuesta de invitación al diálogo y los cambios en el gabinete no asegura que, por fin, se gravarán las rentas financiera, sojera, petrolera y otras, y se termine con la farsa de prohibir los temas más importantes para el pueblo por un congreso obediente.


Establecer un programa estratégico que supere la fracasada globalización de los poderosos del mundo, mediante un continentalismo liberador de nuestra Nación latinoamericana. Luego, junto con todos los sectores del pensamiento nacional y social, acordar el programa liberador para nuestra patria argentina, y cimentar los instrumentos partidarios y electorales en una concepción integradora y movimientista.
A partir de esto, preparar la acción unificadora de los grupos sociales, sindicales y políticos que por su lucha antiimperialista hayan probado que comparten los valores nacionales latinoamericanos, y que son independientes de los proyectos euronorteamericanos, que subsidian a partidos y centros de estudio neoliberales.
Debemos extender nuestra acción en alianza con toda nuestra América: la lucha por nuestra Antártida debe ser común de toda América Latina; de no hacerlo la perderemos. Y debemos contener la actual acción invasora que sufrimos en nuestras Malvinas y en nuestro mar Argentino, para que esa región no quede sometida a la voracidad de los grupos europeos y norteamericanos.

*Vicepresidente del Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora

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