Hay sólo una manera de conmemorar con sinceridad los 200 años de la Revolución de Mayo: darle continuidad a la lucha por la independencia y la unión latinoamericana iniciada en 1810. Busquemos ese camino en lugar de dejarnos enredar en discusiones falsas: dar o no dar quórum en el Congreso, pagar la deuda eterna con reservas o con ajuste, respaldar a burgueses "progresistas" contra burgueses reaccionarios, y tantas otras mentiras que llevan al enfrentamiento de quienes deberíamos estar unidos. Mayo tiene tres fechas cruciales: 1°, día internacional de los trabajadores; 25, inicio hace 200 años de nuestra Revolución; 29, insurrección obrera, estudiantil y popular en Córdoba que, junto con una oleada de sublevaciones, prefiguró la continuidad de aquella Revolución inconclusa. Mayo es entonces símbolo de la voluntad y la capacidad de nuestro pueblo para enfrentar al imperialismo, a la explotación capitalista, a la dictadura de las clases dominantes. En 2010 Mayo deberá ser concreción de la unidad social y política de las grandes mayorías. Para enfrentar y vencer al imperialismo en crisis; para sumarnos al Alba y marchar a la Unión de Nuestra América; para iniciar por fin la transición al socialismo. Lo demás es ritual manipulatorio; es mentira y es traición a los ideales de 1810.
Periódico de jóvenes y trabajadores, antimperialista y anticapitalista
El Espejo Nro 194
Última edición del 2010
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viernes, 21 de mayo de 2010
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