Por Luis Bilbao
Actuar con soberanía e independencia reales en todos los planos. Cerrar de inmediato, a cal y canto, el drenaje de divisas por fuga o pago de la deuda externa. Una vez cerrado ese grifo, iniciar una auditoría medular de la deuda, para determinar qué porción habrá de pagarse.
Nacionalización inmediata e incondicional de la totalidad de las riquezas naturales, que pasarán a ser administradas por el Estado con control de los trabajadores en cada área y empresa. Prohibición de cualquier forma de remisión de ganancias de las empresas multinacionales a sus casas matrices; control obrero de la contabilidad de esas empresas y aumento de salarios en función de la realidad de cada una. Expropiación de toda extensión de tierra superior a 400 hectáreas (o más según zona y capacidad productiva) y conformación de cooperativas socialistas con crédito y asistencia técnica oficial. Planificar la producción agrícola-ganadera en función de las necesidades de la población y de la exportación, con monopolio estatal de acopio y venta al exterior. Inversión masiva (con los recursos de las industrias extractivas nacionalizadas y la exportación de todos los rubros en manos del Estado) en educación, salud y vivienda. Imposición de las 8 horas de trabajo máximas para aumentar el empleo y promover el estudio y capacitación de los trabajadores. Crédito barato para pequeñas y medianas empresas urbanas y rurales. Inversión masiva en la investigación científica y la renovación tecnológica. Ingreso al Alba en el camino de una Confederación Socialista Latinoamericana.
Periódico de jóvenes y trabajadores, antimperialista y anticapitalista
El Espejo Nro 194
Última edición del 2010
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viernes, 21 de mayo de 2010
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