El gobierno pretende convertir el veto de la ley en acto progresista: El 82% móvil es un derecho de la clase trabajadora

Nuevamente las trampas. La presidenta vetó la ley aprobada el miércoles 13 en el Senado y alertó que se trataba de una acción irresponsable. La CGT a través de su titular manifestó su rechazo por ser una jugada de la oposición que no aclara de dónde saldrán los fondos. De manera similar se expidió quien fuera candidato de la lista 10 en la CTA alineado con el kirchnerismo al señalar que el desfinanciamiento de la Anses abría las puertas al sistema jubilatorio privado. La inversión de la realidad se completó con la imagen del jefe de gobierno de la Ciudad con su apoyo a la medida. Macri sintetiza con ese gesto el cinismo, la estafa y la hipocresía de todo el elenco opositor de la derecha tradicional sumergida en el pantano de la rapiña electoralista. Ellos son responsables del saqueo y la entrega del país. No son los patrones y sus partidos quienes defienden los derechos de los trabajadores/as. Tampoco el sindicalismo empresarial ni quienes son ganados por el posibilismo y el No se puede. Miente el gobierno al presagiar que se avecina la quiebra del Estado. Gobierno y oposición están atravesados por una implacable lucha interburguesa encubierta en falsas polarizaciones. Las voces genuinas están en quienes han sostenido esta bandera a través del tiempo y en todos los escenarios políticos. Muchos de ellos mantuvieron una carpa de vigilia frente al Congreso: la Mesa de Jubilados y Pensionados, junto a la CTA y organizaciones sociales y políticas. Los recursos también están. Con la restitución de las contribuciones patronales, con una reforma tributaria que afecte a la especulación financiera. Requiere de medidas que toquen a los dueños del poder y la propiedad. Las movilizaciones de los estudiantes, la búsqueda de sectores de trabajadores de una respuesta política independiente, son signos de una recomposición de fuerzas hacia la construcción de una herramienta política de masas en el camino del Alba y la revolución latinoamericana.