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jueves, 24 de septiembre de 2009

Por la memoria, la verdad y la justicia: Primeros juicios orales en Santa Fe y Rosario por crímenes de lesa humanidad

Cuando la memoria de los pueblos se convierte con los años en justicia viva, la historia se re-escribe finalmente desde las voces ahogadas por la muerte y el silencio de los oprimidos. Esta quizás sea la clave para entender lo sucedido en las ciudades santafesinas de Rosario y Santa Fe, durante los días 31 de Agosto y 1º de Septiembre, con el inicio de los primeros juicios orales y públicos a represores por delitos de lesa humanidad llevados adelante en la provincia.

Por Luis Vásquez*

Las luchas históricas por la memoria, la verdad y la justicia que ya cumplen más de 30 años en nuestro país, iniciadas por familiares de desaparecidos y detenidos, sobrevivientes al Terrorismo de Estado y organismos de Derechos Humanos, tuvieron un antes y un después en la provincia de Santa Fe: los juicios mencionados se constituyeron en el comienzo de una nueva etapa de justicia y reparación para las víctimas de la represión estatal sistemática y de características genocidas, perpetrada durante los años de plomo en Argentina.

Las causas

El lunes 31 de agosto, en el Tribunal Oral Federal (TOF) Nº 1 de Rosario principió el juicio al ex Teniente Coronel Pascual Guerrieri, al ex Mayor Jorge Fariña, al ex Teniente Juan Amelong, así como a los agentes civiles Eduardo Costanzo y Walter Pagano. Los procesos por crímenes de lesa humanidad en Rosario, dieron comienzo mediante dos expedientes diferenciados, conocidos como “Quinta de Funes” y “Fábrica de Armas Domingo Matheu” (nombres que refieren a lugares donde funcionaban Centros Clandestinos de Detención), los cuales con posterioridad fueron unificados en un mismo juicio oral mediante la causa “Guerrieri”, debido principalmente a dos razones: los imputados eran los mismos y las operaciones realizadas por el grupo responderían a la planificación sistemática en lo que respecta al secuestro, tortura, asesinato y desaparición de 29 personas. Un día después, en la capital provincial, tuvo lugar el inicio del primer juicio en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe, que tendrá a su cargo en los siguientes cuatro meses el desarrollo de la denominada causa “Brusa”, estructurada en torno a lo que se dio en llamar circuito represivo, el cual en su momento involucraba Centros Clandestinos de Detención como las comisarías 1º y 4º de Santa Fe, la GIR (Guardia de Infantería Reforzada), “La Casita” y redes dentro de la misma corporación judicial que permitían el encubrimiento de las torturas y desapariciones de los detenidos ilegalmente. La causa es conocida por el nombre de uno de los imputados, Víctor Hermes Brusa, primer Juez Federal destituido por el Consejo de la Magistratura en al año 2000, quien durante los años ´70 fuera Secretario del Juzgado Federal de Santa Fe y colaborador en la judicialización de las confesiones de las personas privadas de la libertad, en los ya mencionados centros de detención. Junto al ex juez, también serán juzgados el ex Comisario Héctor Colombini, el ex Comisario principal Juan Calixto Perizotti, la guardia-cárcel María Eva Aebi, el ex Jefe de la Comisaría 4º Mario Facino, el ex oficial de policía Eduardo Ramos y el ex Jefe del Destacamento de Inteligencia Militar 112, Domingo Manuel Marcellini, todos ellos imputados por los delitos de coacción, privación ilegítima de la libertad agravada, tormentos, vejaciones y apremios ilegales.

La celebración de la esperanza
Quizás lo más sorprendente de esta lucha larga y pesada por los Derechos Humanos en Argentina, lucha llena de claroscuros durante estas tres décadas transcurridas desde el inicio del Terrorismo de Estado pasando por la recuperación y consolidación de la Democracia, resida no solo en el rescate de la memoria de nuestro pueblo, sino también en la reconstrucción de la unidad del campo popular y el surgimiento de una nueva generación de jóvenes militantes sociales, políticos y sindicales, que desde su compromiso cotidiano han comenzado a retomar los ideales de transformación económica, política, social y cultural de aquellos otros militantes victimados durante la Dictadura Militar. Tal es el caso del Espacio Juicio y Castigo en Rosario, donde la juventud de los organismos de Derechos Humanos y de las organizaciones sociales, sindicales y políticas jugó un papel fundamental en el trabajo de concienciación ciudadana sobre los juicios a iniciarse, trabajando en la difusión de las características de las causas y su significado para la sociedad toda, al mismo tiempo que organizando la jornada y el acto de acompañamiento a la apertura del juicio que se realizaría el 31 de Agosto. Idéntica situación se pudo vivir en Santa Fe, con los organismos nucleados en La Casa de los Derechos Humanos, seguidos por el Foro Contra la Impunidad y por la Justicia, los sindicatos, los partidos políticos y las organizaciones sociales, quienes marcharon y festejaron en la vía pública el comienzo de un nuevo tiempo de justicia para familiares, sobrevivientes y luchadores por los Derechos Humanos. En el caso de Rosario, cientos de personas se concentraron frente a los Tribunales Federales y participaron de las múltiples actividades preparadas por el Espacio Juicio y Castigo, entre las cuales se encontraban espectáculos musicales y la presencia de una radio abierta, hasta el inicio de un acto central que dio comienzo a las 18:00 horas, en el que fue posible vivenciar la unidad de distintas organizaciones sociales, políticas y obreras, en la construcción de la memoria y la celebración de la esperados juicios. Allí se leyó un documento colectivo escrito por el mismo Espacio, en el que se llamaba la sociedad civil a sumir su compromiso “en continuar la pelea para que los genocidas tengan lo que les corresponde: el castigo, la pena perpetua y la cárcel común”. Esto demuestra en cierto sentido que estamos ante principio de una nueva etapa, con el dolor del pasado escrito en el cuerpo aún, pero con la alegría de que el futuro ya está presente entre nosotros. Ya no podemos esperar más: han llegado nuevos tiempos y es hora de reiniciar la caminada en esperanza.

* Miembro del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) – Regional Rosario.


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