Gobierno a la defensiva
Mediante una campaña feroz centrada en hechos de corrupción, el gran capital y el imperialismo tienen acorralado al Gobierno. Los grandes corruptos que desde siempre viven del saqueo y la explotación, apuntan a ladrones de gallinas para abatir objetivos mayores. Ante todo, mancillar a la Revolución Bolivariana. Convencer incluso a la militancia de que en Venezuela no hay un proceso de cambios socialistas sino un centro de negocios. Paralelamente, bloquear la posibilidad de una recomposición de fuerzas sociales y políticas que de verdad sume a nuestro país a la vanguardia en marcha en América Latina. Y como remate, completar la labor de desgaste que el propio gobierno llevó a cabo contra sí mismo, dejándolo sin chance en las elecciones. La iniciativa no se recupera con gritos, lamentos ni condenas a Clarín. Negándose al 82% móvil y acompañando al G-20, el Gobierno muestra su estrategia social y su política internacional. Por voluntad propia, está en manos del enemigo. Urge una respuesta a la medida. Hay reservas en la sociedad argentina para encarar el desafío de la hora.
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