La explotación de los recursos del mar, tanto renovables como no renovables, es el objetivo prioritario que con ritmo creciente llevan a cabo las naciones y las grandes corporaciones comerciales. La enorme capacidad alimentaria que encierran los mares, en especial el Atlántico Sur, supera con su ley de producción, la del consumo proporcional al incremento de la población mundial. Se estima que hay una posibilidad de extraer para una población de 30.000 millones de personas. La gran calidad de especies vivas dentro de la variedad de peces y, el famoso krill, como también algas, representa una extraordinaria riqueza que, lamentablemente, es extraída por lo general en escala depredatoria, aún dentro de zonas reconocidas como jurisdiccionales, escapando al conocimiento, intervención y control de los países ribereños. Como recursos no renovables, el mar encierra un valor incalculable en petróleo y minerales; además, sirve como fuente de energía y, debidamente procesada, es proveedor de agua potable. Lamentablemente, también resulta depósito de desechos que afectan cada vez más su equilibrio biológico ambiental. El petróleo, que puede hallarse en los fondos y subsuelos oceánicos, merece ya la activa intervención de las empresas multinacionales, que pujan en la exploración y su consiguiente explotación (actualmente se están realizando estudios con la participación de una Plataforma Marítima, inaugurada recientemente por la Presidente de la Nación, en aguas del Golfo San Jorge, en jurisdicción de las provincias de Chubut y Santa Cruz) contando para ello con la experiencia adquirida a través de operativos similares efectuados en otros espacios marítimos y, fundamentalmente, con recursos de capital proveniente de los acuerdo de explotación petrolera que controlan por 40 años en la Patagonia Argentina, y con la tecnología necesaria aportada por Estados Unidos e Inglaterra.
El mar también es fuente abastecedora de minerales, los que pueden extraerse: a. de depósitos superficiales, que son yacimientos sedimentarios o aluviones de las plataformas continentales, lográndose estaño, uranio, platino, oro, cuarzo, entre otros. b. de yacimientos de lechos rocosos, donde se obtiene carbón, azufre, sal, potasio y nódulos de fosforita. c. nódulos de manganeso, que provienen del arrastre de toneladas de sólidos por los ríos y que llegan al mar, donde se disuelven y se depositan a diferentes profundidades. Los nódulos contienen en general, de 20 a un 25 por ciento de manganeso, 15 por ciento de hierro, cobalto, níquel, cobre y otros en menor escala. Las cantidades estimadas de cobre, níquel y cobalto, podrían abastecer al consumo por muchas décadas y hasta siglos. Se estima que se estaría por efectuar una explotación en gran escala, por constituir dichos nódulos una extraordinaria reserva, sumamente estimada por los países llamados del primer mundo. Como apreciación de su valor geopolítico y potencial económico, son conocidas las aspiraciones de las potencias mundiales, sobre todo Estados Unidos, que ya incursionan. Ejemplo nota del 05/10/09 del Diario de Madryn: “Durante las negociaciones por los contratos petroleros, el Gobernador de Chubut debió viajar a Estados Unidos para que una geóloga de ese país le suministrara datos de la provincia”. Es que la información, todos sospechan, estaría siendo vendida desde hace mucho tiempo al país del Norte. ¿Quiénes hacen ese negocio miserable? En principio, habría que suponer que están entre aquellos que tienen acceso a esa información absolutamente estratégica para el país. El conflicto por la falta de un geólogo en la estructura gubernamental se reactivó en el marco del extendido debate sobre la futura política minera de Chubut. Obviamente, el Estado saldrá a contratar los servicios de profesionales externos, tal como debió hacerlo cuando se renegoció la extensión de los acuerdos petroleros.
Desde Puerto Madryn, Alberto Cartagena
El mar también es fuente abastecedora de minerales, los que pueden extraerse: a. de depósitos superficiales, que son yacimientos sedimentarios o aluviones de las plataformas continentales, lográndose estaño, uranio, platino, oro, cuarzo, entre otros. b. de yacimientos de lechos rocosos, donde se obtiene carbón, azufre, sal, potasio y nódulos de fosforita. c. nódulos de manganeso, que provienen del arrastre de toneladas de sólidos por los ríos y que llegan al mar, donde se disuelven y se depositan a diferentes profundidades. Los nódulos contienen en general, de 20 a un 25 por ciento de manganeso, 15 por ciento de hierro, cobalto, níquel, cobre y otros en menor escala. Las cantidades estimadas de cobre, níquel y cobalto, podrían abastecer al consumo por muchas décadas y hasta siglos. Se estima que se estaría por efectuar una explotación en gran escala, por constituir dichos nódulos una extraordinaria reserva, sumamente estimada por los países llamados del primer mundo. Como apreciación de su valor geopolítico y potencial económico, son conocidas las aspiraciones de las potencias mundiales, sobre todo Estados Unidos, que ya incursionan. Ejemplo nota del 05/10/09 del Diario de Madryn: “Durante las negociaciones por los contratos petroleros, el Gobernador de Chubut debió viajar a Estados Unidos para que una geóloga de ese país le suministrara datos de la provincia”. Es que la información, todos sospechan, estaría siendo vendida desde hace mucho tiempo al país del Norte. ¿Quiénes hacen ese negocio miserable? En principio, habría que suponer que están entre aquellos que tienen acceso a esa información absolutamente estratégica para el país. El conflicto por la falta de un geólogo en la estructura gubernamental se reactivó en el marco del extendido debate sobre la futura política minera de Chubut. Obviamente, el Estado saldrá a contratar los servicios de profesionales externos, tal como debió hacerlo cuando se renegoció la extensión de los acuerdos petroleros.
Desde Puerto Madryn, Alberto Cartagena
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