
El domingo 11, la empresa Kraft Foods sacó una solicitada en todos los diarios, renovando sus mentiras, en este caso sobre lo que pasó en la audiencia del 9 de octubre con el Ministerio de Trabajo y el Sindicato. Dice que siempre tuvo “voluntad de diálogo y flexibilidad”, cuando durante los 38 días que los compañeros despedidos permanecieron en la planta se negó a realizar ninguna reunión.
En la solicitada, la Kraft afirma que “continuará desarrollando todas sus actividades con total apego a las leyes argentinas”, y sigue incumpliendo, como desde el comienzo del conflicto, con las intimaciones del Ministerio de Trabajo. El gobierno, en vez de hacer cumplir la legislación argentina, sigue otorgando extraterritorialidad a la empresa, garantizándole la presencia policial dentro de la planta. La dirección del sindicato, en vez de denunciar este plan de ajuste junto a los trabajadores, vuelve a ponerse del lado de la empresa, negando la representatividad gremial de la Comisión Interna, y preparando un alevoso fraude electoral, sin importarle las decenas de compañeros despedidos y suspendidos que están en la calle.
Frente a la maniobra del sindicato de convocar a elecciones ya, algunos, con el argumento de que “ganamos cómodos”, entran en el juego de Daer, y se lanzan a preparar listas y a meterse de lleno en campaña electoral. Creemos que es una posición equivocada.
Hay que poner por delante la lucha por la reincorporación de todos los compañeros, y denunciar a la dirección del gremio, que vuelve a ser funcional a los planes de la empresa de descabezar a la actual Comisión Interna. En estas condiciones, una campaña electoral ayuda a la división. Tenemos que pelear por elecciones sin despidos. Viva la heroica lucha de los 2.600 trabajadores de Terrabusi Kraft.
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