
El nuevo presidente, que asumirá el 7 de agosto, dedicó un breve momento de su discurso para afirmar que su gobierno será un aliado de América Latina y que la diplomacia y el respeto serán el eje de las relaciones, a lo que añadió: “aspiro a trabajar de la mano con los países vecinos para desarrollar una agenda conjunta de cooperación e integración en todos los frentes. En las relaciones conflictivas hay dos alternativas: mirar con amargura hacia el pasado o abrir nuevos caminos de cooperación hacia el futuro. Los invito a abrir caminos por el bien de los pueblos”. A pesar de estas declaraciones los países vecinos, principalmente Venezuela y Ecuador, deberán estar atentos a los movimientos de quien supo obedecer incondicionalmente al imperio, de la mano de su antecesor Álvaro Uribe.
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