Periódico de jóvenes y trabajadores, antimperialista y anticapitalista

El Espejo Nro 194

Última edición del 2010

Para debatir y opinar

Grupos de Google
Suscribirte a El Espejo de Argentina y el mundo
Correo electrónico:
Consultar este grupo

viernes, 12 de junio de 2009

Carta a los ex-integrantes del "Encuentro Nacional"


Llamado a la reflexión
Por Federico J. Pagura (*)


“Los que ignoran las lecciones de la historia
están condenados a repetirlas” (Santayana)

“No trato de convencer a mi adversario
que está en el error
sino de unirme a él en una verdad más alta” (Lacodaire)

Queridos compañeras y compañeros:
Cuando recuerdo el espíritu y la mística que llegaron a movilizarnos en el “Encuentro Nacional”...Y a nosotros las rosarinas y los rosarinos en el Pronapo (Proyecto Nacional y Popular)...
Nos parece imposible entender y aceptar todos los movimientos, cambios, alianzas y contralianzas que se han ido produciendo en estos difíciles momentos que atraviesa la República. Las distintas posiciones que van tomando los numerosos protagonistas del Encuentro Nacional, el total desencuentro de sectores del mundo agrario con el gobierno de los Kirchner, las consecuencias de la muerte del ex presidente Alfonsín, la crisis mundial (civilizatoria) que en distintos grados va afectando a todas las naciones de la tierra, con el peligro de que, una vez más, se haga les pagar a los pobres y excluidos de la sociedad, la ambición, la usura y el amor al poder de los llamados “grandes, ricos y poderosos”, uno se pregunta: “Qué nos ha pasado, que aún los que fuimos compañeros, hermanos y amigos, en algunos tristes casos nos hemos convertido en enemigos, y desconocedores de algunas de las grandes coincidencias y valores que habíamos aprobado juntos en los encuentros realizados. Como por lo menos en tres de las grandes Asambleas convocadas me tocó la responsabilidad de abrir y motivar la tarea a realizarse (en Rosario, Santa Fe y finalmente en Buenos Aires), me pregunto: ¿Fue en vano todo el tiempo, los dineros y las energías que invertimos en esas jornadas? ¡Qué sensación, qué sabor ha quedado en los muchos ciudadanos y ciudadanas que escucharon ávidamente y aplaudieron entusiasmados nuestras palabras y nuestras propuestas en esas ocasiones?
Evidentemente hoy muchas cosas han cambiado en nuestro país, en nuestra América Latina y el Caribe, así como en la humanidad entera. Hay nuevos vientos de esperanza que hace unos pocos años parecían imposibles, aún ciertas señales que se observaban en el corazón del imperio y de algunos de sus satélites, que abren algunas posibilidades inesperadas, a las que debemos estar atentos. Señales que nos plantean preguntas candentes como esta: “¿Creemos de veras, que como reiteradamente lo hemos afirmado desde el Foro Social Mundial, “Otro mundo es posible, urgente e indispensable”, si queremos evitar nuevas catástrofes, que tanto en la naturaleza como en el mundo de la economía y de la política, nos sacudan o nos destruyan?”. O la que algunos, desde la perspectiva de la fe nos formulamos cuando decimos: ¿Es todavía posible que “el poder del Amor” pueda ayudarnos a superar “el amor al poder”, que finalmente e inexorablemente conduce a la auto-destrucción?
En una vieja película que planteaba dramáticamente los peligros de un inminente fin del mundo y de la historia, un pequeño grupo religioso clamaba en la esquina de una de las grandes metrópolis contemporáneas, a través de un enorme lienzo o cartel:
“¡Aún hay tiempo, hermanos!” Y esa es la gran pregunta que como argentinos, latinoamericanos y caribeños, tendríamos que formularnos muy seriamente, ante las elecciones que se aproximan y los cambios que se avizoran en el panorama mundial.
Con humildad, pero también con profunda angustia y pasión, planteamos este interrogante, a la luz del desafiante pensamiento de Lacordaire, y en razón de las decisiones que tendremos que tomar, en medio del torbellino electoral en que nos hallamos envueltos.
Con afecto fraterno, en angustia y esperanza a la vez.

(*) Obispo (E) Iglesia Evangélica Metodista Argentina

No hay comentarios:

Publicar un comentario