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miércoles, 15 de julio de 2009

Último momento: ZELAYA LLAMA A HONDURAS A LA INSURRECCION




Estados Unidos trata de prolongar la negociación

En la tarde del martes 14 de julio, después de comprobar que el gobierno golpista instalado en Tegucigalpa y el Departamento de Estado estadounidense coincidían en el intento de prolongar las negociaciones, Manuel Zelaya llamó al pueblo hondureño a la insurrección.
Lo hizo desde la capital de Guatemala, donde su par Álvaro Colom lo recibió formalmente como jefe de Estado.
"Yo no me he rendido ni me voy a rendir. Voy a regresar al país en el menor tiempo posible. No quiero avisar la hora ni el día, para no alertar a las fuerzas opositoras, que sabemos que son criminales. Vamos a regresar al país. Estamos planificando nuestro retorno", declaró el presidente legítimo de Honduras. Y agregó, dirigiéndose a su pueblo: “no dejen las calles, que es el único espacio que no nos han quitado. El derecho a la insurrección es un derecho constitucional. Nadie comete un delito en un gobierno de facto, por protestar pacíficamente en diferentes campos de la sociedad”.


Zelaya insistió en que “las huelgas, las manifestaciones, las tomas, la desobediencia civil son un proceso necesario cuando se violenta el orden democrático en un país. No hay que dejar la lucha, hay que mantenerla hasta que los golpistas salgan del régimen de facto que han establecido en nuestro país”.

Maniobras dilatorias

En continuidad con la táctica empleada hasta ahora, el gobierno títere encabezado por Roberto Micheletti, había declarado poco antes que rechazaba el ultimátum dado por Zelaya el día anterior para que se le devolviera el poder. Pero en elocuente coincidencia, un portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, respaldaba la maniobra dilatoria con la siguiente declaración oficial: “Pedimos a todas las partes, particularmente al presidente Zelaya y al régimen de facto, trabajar juntos y alcanzar una solución pacífica que restaure el orden democrático”, mientras simultáneamente Oscar Arias, presidente de Costa Rica y mediador a instancias de la secretaria de Estado Hillary Clinton, decía con su estilo sibilino: “Entiendo el deseo del presidente Zelaya de poder regresar y reinstalarse como presidente de los hondureños lo más pronto posible, pero la experiencia a mí me dice que en esto hay que ser un poco paciente”.
Es a este juego que respondió Zelaya, quien el día anterior había hablado con parecida contundencia, pero sin llegar al llamado a la insurrección, desde Managua, la capital de Nicaragua. La rapidez y radicalidad de su gesto, así como el hecho de que lo haya hecho en el marco de una visita oficial a Guatemala, indica que toda la región comprende la intención estadounidense: demorarse en conversaciones y negociaciones para que se desmovilice la población y pueda afirmarse el hasta ahora tambaleante gobierno de facto.
En función de esa táctica, horas antes Óscar Arias había convocado para el sábado 18 a Zelaya y Micheletti para reiniciar el diálogo entre las partes, adelantando que las conversaciones podrían alargarse hasta el domingo. Zelaya fue depuesto el 28 de junio, cuando un grupo de militares ingresó a su casa, lo subió a un avión y lo dejó en Costa Rica. El presidente Hugo Chávez, advirtió que Guatemala podría ser el siguiente país centroamericano en sufrir un golpe de Estado para sacar del gobierno a Colom.

En franca e incondicional solidaridad con el gobierno constitucional de Honduras, El Espejo llama a todos/as sus lectores/as y amigos/as a movilizarse por las más diversas maneras posibles para contribuir al inmediato retorno de Manuel Zelaya al poder.

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