Socialdemócratas atacan a Venezuela en Buenos Aires: La IS contra la revolución en América Latina

Con la UCR y el Partido Socialista como anfitriones, se reunió en Buenos Aires el Comité de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe (CISAC), los días 9 y 10 de abril. Objetivo principal: denunciar a la revolución bolivariana de Venezuela, como parte de una campaña mundial de desconocida virulencia contra Cuba, Venezuela y Bolivia. Un objetivo secundario, pero de importancia mayor en Argentina, es afirmar un compromiso electoral entre la UCR y PS. Buena parte de la gran burguesía está empeñada en ese objetivo, que tiene al PS como clave para darle un tinte progresista a un bloque electoral en torno a la UCR. Es demasiado larga la lista de iniquidades de la socialdemocracia en todo el mundo.

Desde Ebert asesinando a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht para yugular la revolución alemana, hasta el sionismo al mando en Israel como gendarme de Washington en Medio Oriente, pasando por Felipe González en España, que no sólo se sumó al bloque ultrarreaccionario internacional encabezado por Reagan y Thatcher, sino que creó y utilizó los GAL, grupos paramilitares formados al mejor estilo de la Triple A. Nadie podrá olvidar, además, que en Argentina el secretario general del PS en 1976, Américo Ghioldi, aceptó nada menos que ser embajador de Videla, como para completar el hecho de haber apoyado y sido parte de la contrarrevolución fusiladora de 1955. Pese a todo, la incorporación de jóvenes atraídos por el nombre socialista, así como de cuadros que alcanzarían posiciones de gobierno en la provincia de Santa Fe y llevarían a cabo administraciones correctas y progresistas, le dio a este añejo partido un tinte progresista. Ahora todos/as quienes confían en ese partido como una opción para abrir un camino de cambio, tendrán que plantearse si permitirán o no que su dirección se deje chantajear por los burócratas internacionales de la IS, desde hace décadas infiltrados, financiados y dirigidos por la CIA. En ningún lugar esa manipulación fue tan clara durante los años de la guerra fría como en el sindicalismo. La Ciosl a nivel mundial y la Orit en América Latina, fue sin cortapisas una agencia financiada por la AFL-CIO estadounidense, a su vez alimentada por el Departamento de Estado. Para lavarse la cara, Ciosl, Orit y sus pares socialcristianas (CMT y Clat), acabaron fusionándose para constituir una única organización mundial contra cualquier perspectiva de protagonismo obrero y revolución social, CSI y CSA (ver pág 6-7). De modo que tanto la militancia del PS, como los cuadros sindicales que se han sumado a ese aparato travestido, tienen que asumir que el imperialismo le ha ordenado a la IS servir de fuerza de choque contra la revolución en Venezuela; que es como decir que la usa como ariete contra las ansias de cambio en todo el continente. Se reunieron en Buenos Aires para alinear tropas contra la revolución latinoamericana.