Una corriente interna para avanzar el debate: "Gestar la necesaria alternativa política"

Desde hace dos años funciona al interior de la CTA un sector que se define a sí mismo “como corriente de opinión, no como orgánica”. El disparador fue la crítica a la integración de la CTA en la CSI. El texto preparatorio de la reunión expresaba en algunos de sus párrafos: “Estamos por el fortalecimiento de la CTA y sus proyectos, especialmente la Constituyente Social (CS) en la perspectiva de construir poder popular y contribuir a resolver la crisis de alternativa política de la Argentina. La crisis del capitalismo nos convoca a pensar creativamente la respuesta de los trabajadores y los pueblos. Es un momento de crisis de alternativa política, que atraviesa a nuestras organizaciones y es propósito de nuestra corriente intervenir para enfrentar la crisis desde una perspectiva emancipadora, anticapitalista y socialista”. En el plano nacional sostenía: “El Congreso de 2002 en Mar del Plata mandató la construcción e impulso de un movimiento político, social y cultural de liberación. La Constituyente Social (CS) es el ámbito de articulación de unidades mayores en el tránsito de construcción de ese proyecto emancipador y para nosotros, la CTA es la institucionalidad popular que expresa el desarrollo organizativo más elevado de ese proceso”.

Entre las temáticas impulsadas estaban: No pago de la deuda externa. Instalar el debate, terminar con la estafa de transferir Vida y Futuro. Impulsar la realización de un plebiscito (consulta popular) desde la CTA y CS. Impulsar el retiro de la CTA como integrante de la CSI, que expresa a nivel internacional y nacional la definición de proyectos posibilistas y que proscriben posiciones clasistas (como la Central de Trabajadores de Cuba y otras centrales hermanas de la región y el mundo). Participar orgánicamente del Encuentro Sindical Nuestra América, coordinando el conglomerado heterogéneo de los trabajadores y sectores populares, desde el ámbito local y nacional hacia nuestra región latinoamericana y caribeña para avanzar conjuntamente hacia un proyecto de integración liberador en el continente. Conjugar nuestras fuerzas en una ofensiva global de los trabajadores y los pueblos de carácter clasista, socialista y de liberación nacional y social. Apoyo a la Alternativa Bolivariana para las Américas, Alba alentando el protagonismo de la CTA en el Consejo Asesor de los movimientos populares que funciona en su seno. Derogar las diferentes leyes antiterroristas impuestas en todos los Estados latinoamericanos que criminalizan la protesta y las luchas del campo popular. Soberanía sobre los recursos estratégicos (energía, agua, tierra rural y suelo urbano, petróleo) y la soberanía alimentaria. Construir cotidianamente en la perspectiva del Alba de los pueblos de Nuestra América, territorios democráticos sin expulsores ni expulsados”. La Corriente se define en la voluntad de “organizar la participación de los trabajadores en la CTA para construir poder popular y contribuir a gestar la necesaria alternativa política que pueda aportar a la necesaria emancipación popular nacional para ser parte del proceso de cambio político y revolucionario de América Latina y el Caribe”. La última reunión de este sector se realizó el 13 de marzo, cuando participaron más de 80 compañeros de 12 provincias, pertenecientes a diversas organizaciones sindicales, territoriales, de derechos humanos e intelectuales, todos militantes de la CTA (estatales; docentes primarios, secundarios y universitarios; judiciales; metalúrgicos; de la energía, jubilados, entre otros) y regionales de la CTA zona metropolitana. Allí se debatió acerca de la crisis de la economía mundial y su impacto en los trabajadores, para luego pasar a un debate sobre la crisis política desarrollada durante el verano de 2010, relativo al endeudamiento externo y la disputa para pagar deuda pública con fondos del presupuesto o de las reservas internacionales lo que suscitó argumentadas intervenciones, reivindicando resoluciones congresales de la CTA y una trayectoria militante por el no pago de la deuda y la exigencia de auditar la misma y promover políticas económicas que resuelvan la profunda deuda interna y social con los trabajadores empobrecidos de la Argentina. Un capítulo especial del debate se concentró en la articulación internacional que venimos desarrollando en el Encuentro Sindical Nuestra América que ha convocado al III Encuentro para julio de 2010, en Caracas, con un encuentro preparatorio a fines de abril.