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miércoles, 20 de octubre de 2010

Logros del Movimiento estudiantil


Resultados: los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, organizados en asambleas democráticas, conseguimos finalmente el objetivo buscado tras seis semanas con las sedes tomadas. Como en ocasiones pasadas, retomamos el camino de la lucha tras ser despreciados por las instituciones estatales. Las medidas extremas son el resultado de políticas de vaciamiento de la educación pública. Contra eso el movimiento estudiantil pone freno en todo el país.

Luego de cuarenta y tres días de toma de las tres sedes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, los estudiantes en asamblea decidimos ocupar el Ministerio de Educación de la Nación para exigir una respuesta concreta sobre nuestro principal reclamo en el marco de una lucha que ya lleva doce años: la unificación de las carreras en un edificio único. Desde ese momento hasta hoy, sólo mediante la lucha el movimiento estudiantil pudo lograr el cumplimiento –siempre tardío- de lo prometido por las diferentes autoridades públicas involucradas.
En el año 2002 tras una toma de las sedes comenzó la construcción del “edificio único” de la Facultad. Pero seis años después, sólo un tercio del plan inicial se encontraba ejecutado. Los estudiantes nuevamente decidimos tomar las sedes y así conseguimos la firma del segundo pliego del plan de obra, originalmente dividido en tres partes. Este año, el nuevo decano de la Facultad dijo, sin justificación alguna que “el edificio único tardará cuatro años más”. Y la rotura de un enorme vidrio en uno de los establecimientos desató la bronca contenida. La situación edilicia es crítica y el traslado al nuevo edificio tiene necesidad urgente. Por eso tomamos nuevamente las sedes y convocamos a los docentes a dar clases públicas en la calle y en los pasillos, lugares que son a veces más confortables que los insuficientes espacios donde llevamos adelante nuestras cursadas.
Con asambleas masivas que nunca bajaron el altísimo nivel de participación –en varias ocasiones superaron los mil estudiantes- nos organizamos y decidimos en conjunto los pasos a seguir durante un mes y medio de lucha. Las autoridades apostaron al fracaso y se negaron a dialogar. Fracasaron. Las agrupaciones kirchneristas intentaron boicotear las asambleas y coparlas. Fracasaron. Sólo lograron extender la lucha y reforzar las medidas.
En reclamo de una partida extraordinaria para la construcción de la última etapa del edificio fuimos al Rectorado. Se desentendieron. Fuimos al Ministerio de Educación, al de Planificación. Chocamos con la burocracia estatal y nuestros representantes fueron literalmente paseados por la ciudad sin tener respuesta alguna. Acampamos frente al ministerio, prometieron una reunión y luego se negaron a recibirnos. En ese marco debe entenderse lo ocurrido el pasado 13 de octubre, cuando tras cuarenta y cuatro días de toma de la Facultad, los estudiantes decidimos ocupar el Ministerio de Educación y logramos que el ministro, el Rectorado y las autoridades de la Facultad se reunieran en una misma mesa y firmaran el compromiso buscado.
Eso sí, condenaron nuestras “formas”. ¿Cómo se hubiera logrado entonces el cumplimiento del reclamo? Jamás dirán qué método genial habría que utilizar para poder sentar a los funcionarios responsables a resolver las necesidades educativas. Esta lucha puso nuevamente en evidencia el doble discurso oficialista. Mientras la presidenta saludaba los reclamos escolares, sus discípulos denostaban a los universitarios. La unidad del movimiento estudiantil logró superar ese escollo, continuar la lucha de los secundarios y plantarse en defensa de la educación pública.

Desde Buenos Aires, Ignacio Díaz
(estudiante de la Facultad de Ciencias Sociales)

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