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jueves, 16 de septiembre de 2010

Santiago del Estero. Hospital público para uso privado

Vergüenza: La señora administradora del Hospital Zonal de Añatuya se practicó una lipoaspiración con recursos materiales y humanos destinados a los más necesitados.

La ciudad dispone de un hospital zonal que lleva por nombre Ramón Carrillo -en justo homenaje a su prolífica actividad como neurocirujano, neurobiólogo y médico sanitarista-, y los profesionales que lo integran están autoconvocados desde hace ya mucho tiempo por la escasez, cuando no la ausencia, de recursos para atender a la creciente población de pacientes. En ese marco el ministerio de Salud de la Nación dispuso el viaje de una comitiva de cirujanos especialistas en cirugía plástica de cabeza, cuello y demás sub-especialidades asociadas, para asistir a habitantes con patologías malformativas (labio leporino, malformaciones nasales y auriculares) debidamente relevados y registrados por los médicos con residencia permanente en el Hospital Zonal. La lista de anotados era extensa y en su totalidad pacientes de escasos o nulos recursos, que no tienen acceso a cirugías reparadoras.
Cuando faltaba poco tiempo para cumplir con las horas/quirófano comprometidas y aún quedaban siete pacientes por atender, que difícilmente tendrían la oportunidad de recibir una nueva visita de los cirujanos especialistas, aparece en el quirófano una señora que lleva por nombre Alicia Griva para practicarse una lipoaspiración, succión de grasa excedente en abdomen y cintura. La señora, que luce actualmente una cintura envidiable, tiene el mismo nombre que la administradora del Hospital Zonal Ramón Carrillo y, según denuncias del anestesiólogo Wenceslao Cornejo y el médico ginecólogo Marcelo Vidal, se trataría de la misma persona.
El mismo día que los doctores Cornejo y Vidal radican, indignados, la denuncia en contra de la Sra. Alicia Griva, el primero de los profesionales es baleado desde las sombras en la puerta de su domicilio, recibiendo un impacto en el abdomen.
La versión oficial y oficiosa habla de un intento de robo, pero absolutamente nada le sustrajeron al doctor Cornejo, salvo su salud y tranquilidad.
Todo lo relatado hasta aquí no es fruto de la imaginación.
Los datos estadísticos son confiables y los hechos son reales y comprobables por todos los habitantes de Añatuya. Aún por los mismos amigos y parientes de la señora Griva.
Esta es nuestra Argentina. La que no puede superar el estado de impunidad que grupos enquistados en el poder gozan sin pudor con prescindencia de la provincia que se trate.
Esta es nuestra Argentina. La que desprecia la justicia de cualquier reclamo que atente contra el statu quo de esquilmar al Estado en beneficio propio, como si fuera un derecho adquirido o una prebenda intrínseca del cargo público. Y que no se detendrán ante nada ni ante nadie.
Es factible que la investigación judicial no arroje resultados positivos, es decir, no encuentre responsables. Es probable que la causa se archive con el paso de los años al no tener avances significativos o por tecnicismos. No nos sorprendería.
También es seguro que olvidaremos en poco tiempo al doctor Cornejo que hoy se encuentra entre la vida y la muerte, y al doctor Vidal que se debate entre la bronca y la impotencia. Y al pueblo de Añatuya, que asiste impávido a otra bofetada obscena de los poderosos.
Mientras la administradora del Hospital Zonal Ramón Carrillo, la señora Alicia Griva, lucirá una escultural figura, sorprendiendo -ahora sí- a sus amigos, familiares y allegados.
¿Es ésta nuestra Argentina?

Desde Santiago del Estero, César Daniel Palacios – Gustavo Faletti

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