
Luego de estar confinado en la cárcel de Victorville, California, desde el 21 de julio pasado en el denominado “hueco”, Gerardo Hernández Nordelo volvió a su celda habitual.
Cabe destacar que el hueco es una pequeña celda de dos metros de largo por uno de ancho, donde las temperaturas superan los 35 grados, y la única comunicación con el exterior es un pequeño orificio en su parte superior. Su situación se agravó particularmente, ya que Gerardo –uno de los cinco héroes cubanos presos en Estados Unidos- tiene problemas de presión arterial. Con sólo cuarenta y cinco años, doce de ellos los ha pasado en condiciones más que graves.
Su salida del siniestro lugar produjo gracias a una intensa campaña liderada por Fidel Castro, los diputados del Parlamento cubano, sus abogados y miles de seguidores en todo el mundo.
Su compañera, Adriana Pérez O’Connor, habló telefónicamente con él e informó que se encontraba en buen estado de ánimo y elevada moral.
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