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miércoles, 24 de junio de 2009

Diferencias: violador con poder y sin poder

Al violador sin poder, lo llaman a través de numerosos adjetivos y lo califican de monstruo.
Al violador con poder, se lo califica por el nombre y por lo que representa socialmente: sacerdote.
Al violador sin poder, se lo condena antes del juicio.
Al rico con poder, se le aplica el beneficio de la duda.
Al violador sin poder, se lo encarcela por seguridad de sus víctimas mientras es procesado.
Al violador con poder, durante el proceso puede estar en su domicilio porque no hay peligro de que se fugue.
Al violador sin poder, jamás le permitirían volver al lugar donde sucedieron los abusos.
Al violador con poder, se le permite volver al lugar donde sucedieron los abusos acompañado por otro adulto.
Al violador sin poder, cuando se lo condena, se hizo justicia y va a una cárcel común.

Al violador con poder, cuando se lo ha condenado, triunfa el mal, es una injusticia y lo mandan a la casa porque la sentencia no está firme.
Al violador sin poder se lo lleva a prisión con máximas medidas de seguridad
Al violador con poder condenado a 15 años y se lo manda a la casa porque no hay peligro de reincidencia ni de fuga.
Si el tribunal falla a favor del violador con poder, son jueces probos e independientes.
Si falla en contra del violador con poder, no sería la primera vez que la justicia cometa un error.
Lo más grave es que pueda seguir en libertad y que pueda visitar, cuando quiera, la escena del crimen.
Lo más grave es que esta sentencia termina una vez más siendo misericordiosa con los poderosos y profundamente injusta e inflexible con los que no tienen poder.
De la justicia no esperamos ni exigimos misericordia ni flexibilidad como sociedad. De la justicia esperamos justicia para reparar la convivencia social.

Adrian Vitali

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