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viernes, 12 de junio de 2009

Respuesta diferente en Córdoba

Juez en punta, la UCR segunda y el PJ fragmentado
Por Raúl Jiménez (*)

El PJ ha estallado y pierde lejos, la UCR recupera algo de su antiguo poder y aparece en torno a Luis Juez una fuerza con potencial de masas. A tres semanas de la elección las encuestas adelantan la victoria del Frente Cívico de Juez. Como sorpresa, la UCR está en un segundo lugar. El endeble candidato del gobernador Schiaretti ocupa el tercer puesto y atrás, muy lejos, el nombre puesto por Kirchner. La gobernación tiene una deuda equivalente a más de dos presupuestos, la caja de jubilaciones está quebrada y el Banco provincial afronta serias dificultades. La derrota del oficialismo a manos del Frente Cívico obligará a Schiaretti a recurrir a la oposición para sostener su gobierno durante los dos próximos e interminables años. Y algo más: se confirmará que el 2 de septiembre de 2007, cuando se cortó la electricidad en el Correo mientras se contaban los votos y luego Schiaretti apareció ganador, efectivamente hubo fraude.

Cuando el partido radical cordobés decidió no acompañar a Luis Juez en un frente electoral el 28 de junio, los supuestos herederos de Alem, lo hicieron aduciendo a favor de la identidad, la pureza doctrinaria y la historia centenaria. El acuerdo con el juecismo fracasó.
En el Frente Cívico que conduce Luis Juez, las opiniones acerca de la alianza con el radicalismo se dividían entre aquellos que privilegiaban un frente, pese a las diferencias, para derrotar de modo contundente al partido de De la Sota y dejar aliviado el camino a la gobernación en el 2011 y aquellos que veían en este acuerdo una claudicación en la lucha contra el bipartidismo. Finalmente la mezquindad radical, funcional al partido gobernante, evitó que la decisión quedara en manos de los juecistas.
Una vez eliminada la sombra del ex intendente de la capital cordobesa muchos de los fervorosos defensores de la identidad radical tuvieron un bautismo de amnesia y al calor de las promesas del gobierno nacional escondieron la historia y la doctrina en el ropero y mansamente se transformaron en Kirchneristas. Los intendentes de las ciudades de Villa Dolores y Deán Funes son ejemplos notables.
Pero la falta de memoria lejos de padecerla como una pérdida dolorosa parece exhibirse como un trofeo cuando el radical, candidato a senador, Ramón Mestre y su correligionario Oscar Aguad, candidato nuevamente a diputado nacional, fundamentan su campaña en la coherencia, cuando el solo recuerdo del cierre de hospitales y el recorte salarial a los trabajadores del Estado cordobés llevado adelante en la década del ochenta por Mestre padre como gobernador y este mismo Aguad como ministro, hacen temblar a más de uno.

UCR y Unión por Córdoba

Extraño caso el del radicalismo, que reivindica la coherencia como mérito cuando sin contar los muertos en el puente interprovincial durante la intervención en Corrientes, Mestre padre como Ministro del Interior fue responsable de los más de treinta asesinatos en las trágicas jornadas de 19 y 20 de diciembre del 2001.
Por no hablar del acuerdo con Unión por Córdoba en la unicameral, que les permitió, interpretando caprichosamente la Constitución, nombrar al correligionario Decara al frente de la Defensoría del Pueblo. Defensor que pese a la conflictividad laboral de la provincia brilla como la coherencia radical, por su ausencia.
Unión por Córdoba lleva como primer candidato a senador a Eduardo Mondino, ex Defensor del Pueblo de la Nación que mediante una campaña publicitaria considerada la más costosa en la historia para una elección legislativa, pelea por abandonar el miserable tercer lugar al que parecen condenarlo las encuestas.
Para el actual gobernador Juan Schiaretti la situación es particularmente difícil no sólo por ocupar por ahora un cómodo tercer lugar, sino porque el kirchnerismo le terminó de agrietar el Partido Justicialista en la provincia llevando como candidato a senador a Eduardo Acastello, actual intendente de Villa María y ex aspirante a gobernador por el justicialismo. A éste sumó como segunda senadora a la hija de Olga Riutort, jefa del peronismo capitalino y ex esposa de De la Sota, transformando abiertamente esta elección en una interna partidaria cuyo horizonte es 2011.
Para alimentar aún más la confusión, la primera candidata a diputada nacional por el espacio de Acastello-Kirchner es la Secretaria General del gremio de los educadores de la provincia, que ya le había dicho no al schiarettismo cuando le ofrecieron el mismo cargo a instancias de Walter Grahovac actual Ministro de Educación y ex compañero de lucha de la Nebreda, cuando en los 90 era él quien conducía gremialmente a los maestros.
Pero además, cuando Schiaretti a principio del 2008 propuso en la Legislatura la reforma electoral como gesto que le permitiera lavar sus culpas por el fraude de 2007, no imaginó que un año después esa reforma -finalmente aprobada con el voto de la mayoría y sus amanuenses- se le volvería en contra. En uno de sus puntos esta reforma sacarinizada, prohíbe las sumatorias. Y si bien esta es una elección nacional que está fuera de los alcances de la ley provincial, nadie puede explicar por qué en el cuarto oscuro Unión por Córdoba irá con diez boletas distintas con los mismos candidatos.
Con una deuda equivalente a más de dos presupuestos, una caja de jubilaciones quebrada y un banco provincial en serias dificultades, la derrota del oficialismo a manos del Frente Cívico, seguramente obligará a Schiareti a recurrir a la oposición para sostener su gobierno durante los dos próximos e interminables años. Y algo más. Se confirmará que el fraude del 2 de septiembre efectivamente existió.
Lo curioso de la campaña electoral en Córdoba reside en que los ataques del kirchnerismo, del radicalismo y del peronismo, en cualquiera de sus variantes, tienen en el candidato Luis Juez su principal objetivo. Pese a no tener ningún cargo de gestión, en la última semana se ha convertido en el blanco preferido también de Daniel Giacomino, intendente capitalino, ex compañero de estudios de Juez, ex amigo y ex socio político a quién éste ubicó en las últimas elecciones en el sillón del Palacio 6 de julio.
Creer o no creer parece ser la cuestión a dilucidar por los cordobeses el 28 de junio. Con tres de las principales listas enfrentadas al gobierno nacional y con los partidos tradicionales ideológica y doctrinariamente a la deriva, queda por dilucidar quién concentrará la confianza de los electores. Quiénes serán ese lunes a la madrugada, por un rato, los dueños de Colón y General Paz.

(*) Médico cirujano; ex Secretario de Salud de la Municipalidad de Córdoba; Diputado provincial

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